Desde tiempos antiguos, los sabios observaron que todo en el universo se mueve bajo patrones, ciclos y vibraciones… y que los números son una de las expresiones más puras de esa energía. Están en todo: en las formas de la naturaleza, en el ritmo del tiempo, en la geometría sagrada, en el ADN, en los planetas, en nuestros pensamientos… y también en nuestra fecha de nacimiento.

Los números no solo son herramientas matemáticas, son frecuencias vivas. Cada uno lleva consigo una vibración que comunica algo sobre el orden del universo… y sobre nosotros. Así como cada sonido tiene una nota, cada ser humano tiene un código numérico que puede revelar su misión, sus dones y los desafíos que eligió experimentar en esta vida.

A través de la numerología —especialmente desde el enfoque pitagórico— es posible interpretar esa información sutil que nuestra alma eligió antes de nacer. La fecha que marcó tu llegada a este plano no fue casual. Fue un acto consciente desde tu ser esencial.